El domingo pasado tuve la suerte de asistir a un circo, no había leones amaestrados pero si algún que otro payaso suelto. Por la cuerda floja pasaban todo tipo de looks, con sus trajes de gala y sombreros de copa o chistera que indicaban su rango. El artista cool, el dj de moda, el productor, el periodista o el representante.
Ir a la fiesta de los premios MTV es como tener 5 años y estar en el paraíso del circo: hay música, luces de colores y espectáculo, te sientes especial y es divertido, pero abruma. Al fin y al cabo es sólo una cita de trabajo, en una carpa bonita, pero en la que todos permanecen serios.
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